El operativo de seguridad estaba a cargo de efectivos de la Federal y la Ciudad. Un grupo de hinchas de River atacó el micro y forzó la postergación del partido. Hay 16 detenidos.
Vergonzoso terminó siendo el operativo de seguridad que desplegaron este viernes policías federales y de la ciudad de Buenos Aires con el objetivo de custodiar la segunda y
decisiva final de la Copa Libertadores de América entre River y Boca en el estadio Monumental de Núñez.
Más de 1.500 agentes estaba previsto que tomaran parte en el dispositivo conjunto y sin embargo, no pudieron evitar que el ómnibus en el que llegaba el plantel de Boca
a la cancha de River fuera atacado a pedradas y botellazos por simpatizantes del conjunto «millonario».
Los ministros de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, y de la Ciudad, Martín Ocampo, son los máximos responsables de este fallido operativo de prevención y control.
El bochornoso incidente con el ómnibus «xeneize» se produjo hacia las 15:00 en el cruce de las avenidas Del Libertador y Lidoro Quinteros, a unas cinco cuadras del estadio Monumental, donde decenas de hinchas de River se encontraban en el momento en el que el micro de Boca pasó por allí escoltado por policías.
Varias ventanillas del ómnibus se rompieron, incluyendo la del conductor, e inmediatamente después del ataque, de acuerdo con el dirigente de Boca César Martucci, efectivos policiales arrojaron gas pimienta en un intento de dispersar a los agresores.