Llega con una agenda social ultraconservadora y un programa de apertura económica y de alineamiento con los Estados Unidos que promete sacudir la política interna y los equilibrios regionales de las últimas décadas.
El ultraderechista Jair Bolsonaro, electo en octubre con un programa de lucha contra la corrupción y la criminalidad, fue investido este martes presidente de Brasil.
Bolsonaro, un excapitán del Ejército, de 63 años, así como su vicepresidente, el general retirado Antonio Hamilton Mourao, pronunciaron su «compromiso constitucional» en
el Congreso, por un mandato de cuatro años (2019-22).
El nuevo presidente lleva al gobierno una agenda social ultraconservadora y un programa de apertura económica y de alineamiento con los Estados Unidos que promete
sacudir la política interna y los equilibrios regionales de las últimas décadas.
Lo hace con una fuerte legitimidad electoral, tras haber obtenido en octubre más de 57 millones de votos (55%) al derrotar al izquierdista Fernando Haddad, presentándose
como un salvador en un país agotado por los escándalos de corrupción, la violencia y la crisis económica.