Tal como sucedió con Maru Botana, el diseñador fue escrachado en las redes sociales. Sin embargo, negó la denuncia y le mandó un escrito a la compañía.
Tal como ocurrió con Maru Botana hace algunos meses, ahora el empresario Ricky Sarkany fue escrachado en las redes sociales por la empresa energética Edenor, que asegura que uno de sus locales está “colgado de la luz”.
La empresa informó además que ayer realizaron un nuevo operativo y corroboraron que la fábrica había vuelto a conectarse de manera clandestina al servicio: “El cliente reincidió en su modus operandi, volviendo a conectarse, esta vez realizando una instalación desde un medidor monofásico que pertenece al mismo dueño y que se encuentra contiguo al depósito”.
La cuenta oficial de la compañía publicó la denuncia haciendo referencia a un depósito textil y de calzados, aunque sin mencionar directamente a Sarkany. «Detectamos un depósito de textil y calzado con una conexión clandestina en la calle Deheza 4752, CABA. Al cliente se le retiró el medidor. El robo de energía es equivalente a 123.000 kWh ó $1.200.000», explicaron.
Ante la repercusión, la cuenta del diseñador de zapatos publicó un escrito como parte de una respuesta oficial. «Este es el texto de la carta documento que recibirá @EdenorClientes como respuesta al mensaje difamatorio publicado el día de hoy», posteó Sarkany. Y acompaño la publicación con la Carta Documento que envió su apoderado a la empresa.
«En tal carácter y sin perjuicio de las acciones administrativas y civiles que se llevarán adelante para demostrar la inocencia de mi mandante en la cuestión que más adelante se desarrollara, se lo intima a que de manera inmediata cese con la publicación de toda información engañosa, falsa y maliciosa, relacionada con el retiro de un medidor de energía eléctrica perteneciente a un inmueble”, dice parte del documento.
A principio de este año, Maru Botana quedó en la mira de las redes sociales cuando Edenor la escrachó en Twitter, por colgarse de la luz en uno de sus locales en San Isidro. Ella salió rápidamente a despegarse de la denuncia y aclaró que ella no era la dueña de la confitería porque se trataba de una franquicia.