En un partido crucial para la continuidad de Ariel Holan, el Rojo lo buscó hasta que Silvio Romero lo encontró a los ’48. Ya en el complemento, a los, Cecilio Domínguez metió un cabezazo y selló la clasificación.
No era un partido más. Todo el plantel vivió una semana convulsionada por los rumores de una inminente salida de Ariel Holan. Sin embargo, Independiente venció por 2-0 al Rionegro Águilas y remontó el 3-2 en condición de visitante. Con este resultado, el Rojo clasificó a octavos de final de la Copa Sudamericana y empieza a espantar los fantasmas.
Impulsado por una buena convocatoria en el Libertadores de América, el local saltó al campo decidido a atacar. Y lo hizo, con mucho ímpetu pero poca claridad hasta que se le abrió el arco.
Rionegro Águilas, tal cual había adelantado su entrenador en la previa, se replegó y apostó por contraatacar. Pero no pudo generar peligro.
La ventaja tranquilizó a Independiente, que desde entonces no tuvo problemas para imponer su jerarquía. Los colombianos se adelantaron un poco en el campo en busca del descuento, pero el Rojo no sufrió muchos sobresaltos.
A los 78 minutos, Miguel Murillo, que había ingresado desde el banco, tuvo la posibilidad de anotar el descuento, pero, presionado por un defensa, definió desviado.
En el tiempo añadido ingresó en el equipo local el centrocampista Alan Velasco, un juvenil de solo 16 años.
Independiente jugará en los octavos de final ante la Universidad Católica ecuatoriana, que eliminó al Melgar peruano.