Según todos los testeos, el gobernador cordobés sería preso de su boleta corta: caería abruptamente del 50 por ciento que obtuvo en la elección provincial y podría quedarse sin representación en el Congreso.
Recientemente, la jueza federal María Verónica Skanata emitió un fallo que obliga a todos los partidos y frentes de Misiones a presentar en las PASO la boleta completa pero también boletas cortas de presidente y diputados nacionales por separado.
El gobernador cordobés Juan Schiaretti, que no se decide a plegarse a ninguna de las dos opciones mayoritarias, pretendía hacer lo mismo en su provincia para que sus candidatos a legisladores nacionales tuvieran mejores chances, pero la Justicia le niega esa posibilidad.
Ahora, su temor y el de su gabinete es que de arrasar en la elección provincial, cuando sacó cerca del 50 por ciento de los votos, podría derrumbarse a un tercer lugar, detrás del Frente de Todos y Juntos por el Cambio, lo que eventualmente lo dejaría sin representación en el Congreso.
Ante ese panorama y a días de las Primarias, versiones periodísticas indican que Schiaretti habría pedido a Buenos Aires que le manden “urgente” unas tres millones de boletas de la fórmula Fernández-Fernández para comenzar a repartirlas junto con las de sus candidatos.
Una jugada con la que el cordobés pretende resolver dos escenarios: le permite seguir jugando de “independiente” frente a la polarización, ya que su boleta sigue siendo corta, a la vez que –entregadas juntas anticipadamente– se beneficiaría con el arrastre del Frente de Todos sin romper lanzas con el Gobierno Nacional.