Europa occidental se enfrenta a una nueva ola de calor que ya ha comenzado a batir récords. Bélgica y Holanda acaban de batir su récord histórico de temperaturas con 38,8ºC.
En Francia, ciudades como Burdeos (41,2ºC), Brive-la Gaillarde (42,1ºC) han batido los récords históricos de temperaturas. Otras localidades del suroeste francés han batido los récords para un mes de julio, informa el meteorólogo del servicio Meteo France Etienne Kapikian.
París podría superar los 42 grados a la sombra. Se trata de la primera vez que Meteo France pone más de 80 departamentos en alerta. Veinte de ellos están en alerta roja, 60 en alerta naranja.
Y el calor extremo agravará aún más la seguía en Francia. Las autoridades han impuesto restricciones en el consumo de agua en todo el país y pedirán a la Comisión Europea subvenciones por valor de mil millones de euros para los agricultores.
En Francia la ola de calor terminará el sábado con una brusca caída de temperaturas, pero Alemania, DInamarca o Suecia y Noruega verán cómo suben los termómetros. durante el fin de semana.
También en el sureste del Reino Unido se prevé que se batan algunos récords de temperatura. El jueves se podría superar el récord histórico de 38,5ºC que alcanzó Kent en agosto de 2003.
El sofocante calor continúa su camino hacia el norte. Bélgica ha declarado la alerta roja por altas temperaturas. Es la primera vez que el país recurre a la máxima alerta meteorológica.
El patrón meteorológico que se ha instalado en Europa apunta a que este tipo de fenómeno se puede repetir más a menudo y con mayor intensidad.
Mucho más preparados que en 2003
La Organización Meteorológica Mundial de Naciones Unidas vuelve a dar la voz de alarma. En la memoria, la ola de calor sufrida en Francia en 2003 que contribuyó a la muerte de 15.000 personas.
«Las olas de calor tienen la marca distintiva del cambio climático», asegura la portavoz de la organiyaciàon Clare Nullis. «Y son cada vez más frecuentes, como hemos visto en junio. Están empezando más pronto y se están haciendo más intensas. Pero con suerte, gracias a las advertencias sanitarias sobre el calor, y a los planes al respecto en muchos lugares del mundo, podríamos considerar lo que vimos en 2003 -la ola de calor en Europa- como una cosa del pasado».
En España hay avisos de riesgo extremo de incendios, una combinación de calor, viento y tormentas eléctricas similar a la que ya ha provocado fuegos devastadores este verano en la vecina Portugal.