El Gobierno anunció la liberación del precio mayorista de los combustibles, lo que implica una flexibilización de la medida anunciada en agosto, y además sumará a un nuevo subsidio para los productores con el objetivo de calmar la pelea con las empresas del sector.
A través de un decreto de necesidad y urgencia, el Gobierno definió una serie de cambios en el congelamiento para atenuar el impacto en el sector petrolero, aunque aclaró que se mantendrá sin cambios la decisión de que no haya aumentos en el sector minorista, es decir en las estaciones de servicio.
Según el Ministerio de Hacienda, la liberación de los precios del canal mayorista generará ingresos extras que permitirán aumentar el valor del dólar de 45,19 a 46,69 pesos para las operaciones con crudo, lo que implica un aumento del 3,3% del precio del barril a los productores.
Además, se establece un subsidio de 2,81 pesos por dólar para los productores, llevando el dólar de $46,69 a $49,50 para los barriles entregados al mercado interno por un periodo de 30 días, según informó el Gobierno. Esto agrega una suba del 6% al precio del barril, por lo que se acumula un 9,54%.
De acuerdo a la información oficial, el costo fiscal de esta transferencia es de $1.550 millones de pesos y será solventado reasignando partidas del presupuesto de la Secretaría de Gobierno de Energía.
Finalmente, también se anunció que no se realizará la actualización del Impuesto a los Combustibles correspondiente al primer día de septiembre.
La medida no fue bien recibida por la mayoría de los productores que la consideran «una tomadura de pelo». «Lo que nos dan en subsidios nos da un 4% por barril. Es un chiste de mal gusto. Lo rechazamos porque no sirve, no suma nada y la situación es cada vez peor», indicaron a La Politica On Line.