A menos de un mes de las elecciones generales nacionales, casi un millón y medio de mendocinos elegirán este domingo en las urnas al nuevo gobernador de la provincia cordillerana en unos comicios polarizados entre el radical Rodolfo Suárez y la kirchnerista Anabel Fernández Sagasti.
Pese a ser un acto eleccionario distrital, el resultado impactará a nivel nacional por la cercanía temporal con las presidenciales del 27 de octubre.
Si el oficialismo ratifica su dominio, será un dato alentador para la Casa Rosada a fin de esperanzarse con la reelección del presidente Mauricio Macri; mientras que un triunfo de la senadora nacional echaría por tierras las remotas chances del jefe de Estado y sería un espaldarazo para el candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández.
En las primarias provinciales del pasado 9 de junio, el oficialismo se había impuesto con el 42,89 por ciento de los votos, mientras que Elegí Mendoza había cosechado 35,64 puntos: a nivel interno, Suárez ganó con comodidad la candidatura y Fernández Sagasti tuvo una dura parada contra Alejandro Bermejo, a quien sólo le sacó una ventaja de casi 11 mil votos.
«Rody» Suárez, actual intendente de la Ciudad de Mendoza, tiene como compañero de fórmula a su par de Junín, Mario Abed, y en la recta final de la campaña provincial buscó despegarse del panorama nacional, para que la crisis económica y la mala imagen de la Casa Rosada no complique sus chances de llegar a la Gobernación mendocina.
Con Macri alejado de la provincia cordillerana, el candidato oficialista subrayó que no es el postulante de «Cambiemos» sino de «Cambia Mendoza, que es mucho más amplio que Cambiemos».