El personal de la Policía de San Juan será expuesto a distintos controles de seguridad, como el de alcoholemia o antidoping. Los harán de manera sorpresiva.
Para llevar a cabo esta medida, la Dirección de Control y Gestión adquirió una serie de aparatos, de último modelo, con los que en cuestión de segundos informarán si el efectivo consumió alcohol o algún tipo de estupefaciente, mientras estaba prestando sus servicios.
Ante la posibilidad de dar positivo en los controles, el policía será suspendido de forma inmediata pero, además, será sometido a un tratamiento contra la adicción de las drogas o alcohol. Lógicamente, también, le retendrán el arma reglamentaria hasta tanto pueda tratar su adicción y volver a la Fuerza, en el caso de no ser exonerado.