Durante toda la semana los trolls macristas, algunos medios de comunicación y un par de dirigentes opositores empezaron a operar un cacerolazo contra el Gobierno de Alberto Fernández. Sin embargo, todo terminó en un rotundo fracaso que ni siquiera se escuchó en las casas de sus impulsores.
Con distintas publicaciones, comentarios y consignas, varios sectores opositores adeptos a la viralización de consignas quisieron fogonear una gran protestas masiva que se llamó «cacerolazo histórico». Incluso, entre los comentarios, una de las premisas que más circuló fue la de una protesta «contra el comunismo» que -supuestamente- profesa el Presidente.
El cacerolazo fue impulsado desde las redes sociales pero algunos sectores macristas también se tomaron el trabajo de realizar una cadena de Whatsapp con instrucciones precisas sobre lo que había que hacer.