La tradicional ceremonia este año tuvo como particularidad que se celebró en una Catedral cerrada y sin la presencia de funcionarios provinciales, como así tampoco de la feligresía católica.
El arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Lozano, presidió la celebración religiosa y en su mensaje apeló a la unión y la solidaridad de los sanjuaninos.