Luego de numerosas renuncias y los sucesivos conflictos con los otros poderes del Estado, ahora le tocó al ministro de Educación de Jair Bolsonaro abandonar un gobierno que, por momentos, parece tambaleante.
En efecto, el ministro Abraham Weintraub anunció su renuncia al frente de la cartera educativa en medio de una serie de investigaciones judiciales que lo involucran, luego de haber dicho en una reunión de gabinete que los once miembros de la Corte Suprema brasileña debían ir presos.
El anuncio, no obstante, fue realizado a través de un video en el que aparece al lado del presidente Bolsonaro, quien sigue brindándole su apoyo al entregarle en un cargo del gobierno brasileño en el Banco Mundial.
Weintraub, uno de los líderes de la extrema derecha brasileña que responde políticamente al gurú de este sector, el astrólogo Olavo de Carvalho, renunció tras 14 meses en el cargo en el que acumuló polémicas en el sector educativo, político, diplomático y judicial.
«Voy a seguir luchando por la libertad y por los valores del presidente Bolsonaro, el mejor presidente de Brasil», dijo Weintraub, un economista que había sido vicejefe de gabinete en los primeros tres meses.
El último acto de gobierno en Educación de Weintraub fue revocar una resolución del gobierno de Dilma Rousseff, que asegura cupos y incentivos en cursos de posgrado en las universidades federales brasileñas a negros, indígenas y discapacitados.
«Son el cáncer del país» y que si fuera por él «encarcelaría a los once jueces del Supremo Tribunal Federal», había dicho el ministro renunciado durante la reunión de gabinete del 22 de abril pasado, encabezada por Bolsonaro, cuyo contenido se conoció por medio de un video.
Defensor del gobierno estadounidense encabezado por Donald Trump, Weintraub causó incouso problemas diplomáticos con China, principal socio comercial de Brasil, al insinuar públicamente que la pandemia de coronavirus parte de unos supuestos planes de China para «dominar el mundo».