La conmemoración estuvo marcada por una advertencia del alcalde sobre el repunte del nacionalismo en el mundo.
Una campana resonó este lunes en Hiroshima, 73 años después del primer bombardeo nuclear del mundo, una ceremonia de conmemoración marcada por una advertencia del alcalde sobre el repunte del nacionalismo en el mundo.
El cielo estaba despejado como aquel 6 de agosto de 1945 cuando, a las 08H15 locales, un bombardero B-29 estadounidense nombrado «Enola Gay» soltó sobre la ciudad la bomba atómica «Little Boy», provocando el día mismo y las semanas siguientes la muerte de 140.000 personas.
«Si la humanidad olvida la historia o deja de confrontarse con ella, podríamos volver a cometer un terrible error.
Por eso debemos seguir hablando de Hiroshima», declaró el alcalde Zaumi Matsui.
«Los esfuerzos por eliminar las armas nucleares deben continuar», insistió.
«Algunos países se muestran abiertamente nacionalistas y modernizan su arsenal nuclear, avivando tensiones que se habían mitigado con el final de la Guerra Fría», lamentó.