El dólar operó en las últimas jornadas con una marcada tendencia negativa y los factores que impulsaron ese movimiento se vinculan con una menor demanda.
El dólar operó en las últimas jornadas con una marcada tendencia negativa y los factores que impulsaron ese movimiento se vinculan con una menor demanda y el “resurgimiento” de una oferta privada de divisas, señaló hoy un estudio privado.
El viernes, el “billete verde” cerró a $37,60 para la venta y finalizó así la semana con una caída acumulada del 3,48% al cumplir seis descensos consecutivos.
“Los inversores comienzan a mostrar un mayor interés por posicionarse en activos en moneda local, tal como refleja, entre otras cosas, el repunte de los plazos fijos en pesos, a la vez que empresas e incluso individuos comienzan a volcar una oferta de divisas a la plaza cambiaria”, consideró el análisis elaborado por Banco Ciudad.
“Entre los factores detrás de los movimientos cambiarios, se destaca tanto una menor demanda como el resurgimiento de una oferta privada de dólares, en un contexto de altas tasas de interés en pesos”, puntualizó el sondeo.
Resaltó que “se observa que compañías exportadoras optan por financiarse en dólares en lugar de hacerlo en pesos, volcando las divisas al mercado”.
Evaluó que ello sucede “frente al diferencial de las tasas de interés en una y otra moneda, junto con las perspectivas de mayor estabilidad cambiaria“.
“En paralelo, empresas e incluso los particulares comienzan a desprenderse de parte de sus tenencias de dólares para hacer frente a compromisos en pesos, un elemento que también incide en la dinámica que viene mostrando el valor del dólar en el mercado informal, el cual ha pasado a cotizar por debajo del tipo de cambio oficial, presionado por la creciente oferta”, indicó.
Aseguró que ello “se suma a la corrección que ha comenzado a experimentar la cuenta corriente del balance de pagos en respuesta al ajuste observado por el tipo de cambio y en la actividad agregada, algo que se ve reflejado principalmente en una menor demanda de divisas para saldar importaciones y viajes al exterior”.
Remarcó que se combinó “con una caída de la demanda para atesoramiento, la cual impacta en la cuenta capital cambiaria”.