Durante el verano el consumo de helados aumenta considerablemente, por eso, el Departamento de Medicina Sanitaria intensifica los controles para evitar enfermedades en los consumidores.
Esta tarea de inspección se incrementa en el comienzo de la temporada fuerte, pero como las costumbres van cambiando en la sociedad, tomar un rico helado ya no es algo exclusivo del verano, sino que durante todo el año las heladerías ofrecen sus productos. Por eso, los inspectores trabajan durante todo el año.
La fiscalización de la manufactura de los helados arranca en las mismas fábricas, más aún que en la actualidad muchos comercios tienen productos “artesanales” y sus procesos también deben ser controlados.
El control se basa principalmente en la procedencia de las materias primas, que todos los productos que participan de la elaboración provengan de establecimientos autorizados y que las condiciones en las que se los produce sean higiénicas favorables y el personas tenga las capacitaciones correspondientes, en especial, el curso de manipulación de alimentos que realiza el Departamento de Medicina Sanitaria.
Al llegar al local, los inspectores constatan primero todas las habilitaciones en regla y luego proceden a tomar muestras de los productos para ser analizadas en el Instituto Tecnológico y definir si son aptos o no para el consumo humano.