Pese a la arenga, el Presidente reconoció que falló en una de sus principales promesas de campaña: la pobreza cero. Ahora, este índice será de un dígito recién en diez años, al igual que el de la inflación.
Mauricio Macri almorzó con intendentes bonaerenses y la gobernadora María Eugenia Vidal en la residencia de Olivos, a quienes invitó a seguir trabajando con «coraje y convicción».
«No tengo ninguna duda de que si nosotros persistimos en este camino, en 10 años vamos a tener un país con una pobreza e inflación de un dígito», dijo Macri, proceso al que sumó «un sistema financiero que le permitirá crecer y desarrollarse a las pymes».
El mandatario pidió trabajar para que «no vuelvan las soluciones mágicas», porque si eso sucede «es el fin para una o dos generaciones más». Eso se lograría «con gestiones honestas y obras que le transforman la vida a la gente y resistiendo la tentación de ceder a la presión de aquellos que pretenden que concedamos algo que no va agregar valor el día después».
Por eso, pidió «dejar el populismo atrás» y tener la firme decisión de que «vamos a ser un país que cree en el trabajo, en el diálogo, en fortalecer las instituciones, nuestra calidad democrática y las relaciones con el mundo».