La población deberá hacer frente de cara a fin de año a nuevos aumentos en servicios esenciales y en alimentos luego de una fuerte pérdida del poder adquisitivo admitida por el propio INDEC. A partir del primero de diciembre vuelve a subir todo.
Según los últimos datos oficiales, casi un cuarto del gasto de los hogares se destina a la compra de alimentos y bebidas, porcentaje que crecerá para la medición del último período dada la aceleración del Índice de Precios al Consumidor (IPC).
En ese escenario, este viernes el Gobierno actualizó los montos del impuesto a los combustibles, que comenzarán a regir desde el domingo próximo, lo cual inevitablemente impactará en los precios de las naftas y el gasoil.
Sólo en los últimos diez días de noviembre las cadenas de supermercados remarcaron hasta 15%, con lo cual ya casi no quedan productos con los valores que tenían hace apenas un mes.
En tanto, analistas privados estimaron que habrá un aumento en el precio de la carne, un producto que a lo largo del año subió en torno al 45%.
La Fundación Mediterránea indicó que si la producción de carne no crece, «la disponibilidad para el mercado interno se reducirá casi con seguridad, y la mayor competencia por el producto exigirá un ajuste ascendente de precios para equilibrar el mercado, cuya intensidad dependerá de cuánta carne menos se vuelque al consumo, de cómo se encuentre la actividad económica en general y también de lo que puedan aportar las carnes sustitutas».
«En un contexto de suba de precios el Gobierno puede verse tentado en intervenir el mercado de exportación», consideró.
A la lista de aumentos se debe sumar la medicina prepaga, que mostrará un alza de 12% a partir del primero de diciembre próximo.
Así, a lo largo de 2019 se habrán aplicado ocho aumentos: 5% en febrero, 7,5% en mayo, tres incrementos del 17,5% en julio, agosto y septiembre, 4% en octubre, 4% en noviembre y 12% desde diciembre, lo cual acumula un 60,6%.