Bajo el lema “Ama. Confía. Protegete. Vacunate”, se celebra este año la 18° edición de la campaña que se extienderá desde el 25 de abril al 2 de mayo.
En el transcurso de estos días se intenta poner de relieve el amor de las personas por sí mismas, sus hijos y sus comunidades, la confianza en la eficacia de las vacunas para salvar vidas a lo largo de la historia y del mundo, y la protección individual y colectiva que brindan contra enfermedades.
La Semana de Vacunación en las Américas (SVA) es un esfuerzo extraordinario dirigido por los países y territorios de la región para fomentar la equidad y el acceso a la vacunación y para destacar la labor esencial de los programas nacionales de inmunización.
Uno de los principios de esta iniciativa es la equidad, ya que llama la atención sobre la importancia de llegar a todos, incluidas las poblaciones con poco acceso a los servicios de salud, las poblaciones que viven en las periferias urbanas, zonas rurales y fronterizas, y en las comunidades indígenas.
La vacunación es una de las intervenciones preventivas fundamentales en el marco de la Atención Primaria de la Salud, porque evita que las personas enfermen y tiene como objetivo el control, la eliminación y la erradicación de enfermedades.
Las inmunizaciones son la segunda medida sanitaria después de la provisión de agua potable que más impacta en beneficios en la salud colectiva.
Además, constituyen un escudo protector contra enfermedades potencialmente graves y mortales. Si mantenemos altos índices de vacunación, protegemos a nuestras comunidades en general y dentro de ellas a los más vulnerables, en particular a los lactantes, a los adultos mayores y las personas con alguna deficiencia de su sistema inmunitario.
La vacunación es:
- Un compromiso con las personas con factores de riesgo: bebés, niños, embarazadas, ancianos o enfermos.
- Un requisito para mayores de 65 años, embarazadas, puérperas, trasplantados, pacientes con patologías crónicas, inmunocomprometidos, incluyendo VIH.
- Una obligación para los trabajadores de la salud, geriátricos y trabajadores de las fuerzas de seguridad.
- Una necesidad para mantener la salud y no interrumpir las actividades diarias.
- Un acto solidario y de amor.
El contexto de la actual pandemia de COVID-19 representa un gran desafío para los programas de inmunizaciones a nivel local y nacional, ya que supone pensar y repensar estrategias para sostener altos los índices de coberturas de las 19 vacunas del Calendario Nacional de Vacunación y para llevar adelante la campaña de vacunación antigripal anual 2020.
Estas estrategias incluyen desde la organización de los servicios de vacunatorios, ordenando la demanda de atención en días y horarios especiales para diferentes grupos etarios. La adecuación de los espacios físicos, salas de espera, circuitos de entrada y salida de personas, la protección de los vacunadores y personal de apoyo, la logística y distribución de insumos de manera segura.
La Campaña de Vacunación Antigripal 2020 sumó el reto de hacerla en estas circunstancias en tres etapas consecutivas, incluyendo los grupos de riesgo de manera escalonada, con la necesidad de encontrar para cada uno de los grupos la manera más adecuada de hacer la vacunación, buscando siempre mantener el aislamiento social, disminuir la circulación de personas, proteger a los más vulnerables y cuidar a los equipos de vacunadores. Cada provincia entonces ha diseñado sus estrategias, conforme a sus recursos, a su realidad y a la situación epidemiológica actual, pudiendo modificarse y adecuarse si esta situación dinámica varía.
Como en toda situación de crisis, los desafíos planteados por la pandemia se convertirán en aprendizajes para que los programas de inmunizaciones sigan creciendo para cuidar y proteger a nuestras comunidades.