Los nuevos dispositivos son microprocesados, es decir que pueden ser utilizados en una Sala de Terapia Intensiva, en Urgencias o en una unidad de traslado de ser necesario, ya que poseen una turbina interna que provee su propio aire comprimido, por lo que únicamente requiere oxígeno y electricidad como fuente de alimentación externa.
La ministra de Salud, Alejandra Venerando, visitó el Centro de Abastecimiento donde se encuentran los aparatos de ventilación mecánica que serán distribuidos en los próximos días y manifestó que “en el contexto de pandemia actual es indispensable contar con este tipo de equipamiento que es requerido en el mundo entero y que salva muchas vidas”.
Con una inversión local de 22 millones de pesos, los nuevos respiradores serán destinados a hospitales públicos y sanatorios del sector privado, brindando una mayor capacidad de respuesta y atención del sistema de salud.
“Las características de los respiradores varían, pero su utilidad es indispensable y siempre fue prioridad para el gobernador Sergio Uñac”, manifestó la titular de la cartera sanitaria, destacando la planificación desde el inicio de la pandemia y la importancia de reforzar el sistema sanitario, articulando acciones con el sector privado.
La ministra Venerando aclaró que si bien la compra se realizó frente al crecimiento de casos por efectos de la segunda ola, los respiradores no serán solo para asistir a pacientes críticos de coronavirus, sino también a personas que sufren otras patologías y que requieren ventilación mecánica.
Por qué la necesidad de respiradores
Estos dispositivos son claves en la actual pandemia, ya que ayudan a mantener al paciente con su función respiratoria conservada al máximo mientras sufre la enfermedad.
A nivel mundial, un alto porcentaje de pacientes que ingresan a terapia intensiva desarrollan una neumonía y posterior distrés respiratorio (SRDA). Esta última patología se produce cuando el virus daña los alveolos (bolsas diminutas de aire donde se produce el intercambio de oxígeno (O2) y dióxido de carbono (CO2) entre los pulmones y el torrente sanguíneo) y provoca una inflamación que impide la respiración natural, ya que se forma una especie de membrana que no permite traspasar el oxígeno.
Los respiradores introducen O2 a una presión mayor para vencer la resistencia de los alveolos inflamados y oxigenar la sangre. El acceso a la ventilación mecánica es clave en los pacientes graves de COVID-19.