El gobierno ucraniano informó que buscan hacer llegar los insumos a la ciudad que se encuentra sitiada desde hace 11 días y que es un de los focos más importantes de la guerra. El representante de la Cruz Roja advirtió que algunos residentes «empezaron a pelearse por la comida».
Funcionarios ucranianos confirmaron esta mañana la apertura de un nuevo corredor humanitario con el objetivo de llevar alimentos y medicamentos a la ciudad ubicada en el sureste de Ucrania, asediada desde hace días por las fuerzas rusas, «corredor verde abierto, una caravana humanitaria partió de Zaporiyia hacia Mariupol», publicó el gobierno de la ciudad en su cuenta de Telegram, «más de 90 toneladas de alimentos y medicinas van a parar a la ciudad, que lleva 11 días bloqueada», acotaron.
Por su parte, Rusia habilitó ayer corredores humanitarios desde Kiev, Chernigov, Sumy, Jarkov y Mariupol hacia su territorio, así como uno a través de los territorios controlados por las autoridades de Kiev hacia el oeste a Polonia, Moldavia y Rumanía. Hasta ahora fracasaron todos los intentos para evacuar de forma masiva a los civiles de Mariupol, con acusaciones cruzadas entre las partes de haber violado la tregua necesaria para permitir la salida de vehículos particulares y micros.
El ministro de Defensa ucraniano, Oleksiy Reznikov, acusó a los rusos de bombardear la ciudad, incluso durante las negociaciones oficiales, a lo que el Ejército ruso denunció que las fuerzas ucranianas destruyeron todos los accesos de entrada y salida, por lo que la ciudad se encuentra ahora mismo desconectada del mundo exterior, según la agencia de noticias Europa Press. A su vez, Rusia remarcó la existencia de integrantes de milicias ucranianas de ultraderecha que buscan boicotear los esfuerzos por apaciguar la situación.
Desde las distintas organizaciones que se encuentran presentes en Mariupol comentaron como se vive en la ciudad de 400.000 habitantes, el representante local del Comité Internacional de la Cruz Roja -Sasha Volkov- sostuvo que algunos residentes «empezaron a pelearse por la comida» y muchos se quedaron sin agua potable. En el mismo sentido, desde Médicos sin Fronteras alertaron que la situación humanitaria es «extremadamente grave» en la localidad, donde sus equipos informan «que muchas familias no tienen suficiente agua, alimentos y medicamentos».